Pese a sus errores, merece pleno reconocimiento por gestionar hábilmente la relación con una Administración Nixon ambivalente respecto a Israel.
El Estado judío no afronta una amenaza similar desde la Guerra del Yom Kipur (1973).
En 1967, el Estado judío no descartó el uso de armamento atómico.
La Alemania comunista se distinguió por su odio al Estado de los judíos.
Parece una buena idea, pero no lo es.
El daño que esa organización de la ONU está haciendo a los palestinos es tremendo.
Pyongyang tiene un largo historial de antiisraelismo.
El dictador comunista fue un gran aliado de los enemigos del Estado judío.
Es un político hábil, poco simpático, formado en e influido por los EEUU, al que no le tiembla el pulso ante nadie.
Iberoamérica tiene mucho que aprender de la ‘Start-Up Nation’