El presidente de la Autoridad Palestina hace imposible la defensa de la solución de los dos Estados.
Estamos ante «el más tremendo error estratégico de la historia de Israel» (Karsh).
Putin, gran beneficiado de la ‘congelación’ del conflicto. Irán y Asad, los grandes perjudicados.
Jerusalén no va a consentir que Teherán le amenace desde su mera frontera norte.
En estos momentos no hay una solución no militar allí. El precio es elevado, pero el de retirarse lo es mucho más.
El referéndum del 25 de septiembre puede incendiar el norte de Irak.
No habría Estado judío… ni Estado palestino.
Objetivo: prohibir que las instituciones británicas se sumen al boicot israelófobo.
Con la voluntad de derrotar al islamofascismo no alcanza; pero sin ella estamos perdidos.
Ankara tiene demasiados frentes abiertos en casa y en el resto de la región.