La República Islámica respira aliviada con los cambios en Washington.
Los grandes enemigos de EEUU no ven el día en que abandone la Casa Blanca su peor enemigo.
La República Islámica, una auténtica amenaza para los iraníes y para el resto del mundo.
El muro del régimen islamista podrían derribarlo estas mujeres del común que exigen poder vestirse como quieran.
La muerte del capo terrorista iraní no hubiera entristecido al fiscal argentino.
Irán no necesita nuestro apaciguamiento, sino una nueva revolución.
Entre los paralelismos más inquietantes entre Erdogan y Jomeini está la nueva afición turca a la toma de rehenes.
O consiente la ‘iranización’ de Siria, o emprende acciones contundentes que podrían conducir a un conflicto a gran escala.
El silencio ante la despiadada represión de las protestas en la República Islámica equivale a tolerarla.
No, no es sólo la economía, estúpidos.