Erdogan cebar el nacionalismo y el extremismo religioso para apartar el foco de su mala gestión económica.
No se deberían ignorar las amenazas de Erdogan.
Hay que parar de una vez a Erdogan.
Es «casi cómico discutir si Jerusalén es una ciudad judía o no».
Máxima tensión en el Egeo.
El ya exmandatario norteamericano profesaba una sospechosa simpatía por la ‘democracia’ turca.
Un multimillonario copto quiere crear un ‘macroalbergue’ para refugiados.
El racista antisemita Hüseyin Nihal Atsiz, uno de los más prominentes simpatizantes turcos del nazismo, sigue teniendo multitud de fans.
Al menos por unos meses, tendrá que tragarse sus bravatas.
«Ningún europeo, ningún occidental podrá ir por la calle seguro y en paz».