Al terrorismo ya estamos acostumbrados. Al yihadismo, claramente no.
Erdogan sigue adelante con su desconexión con EEUU y la Alianza Atlántica.
Mucho cuidado con los relatos ingenuos en esta historia estremecedora.
Los resultados son tan llamativos que ponen patas arriba la creencia general sobre lo que piensa la ‘calle árabe’.
El Estado Islámico está demostrando ser un enemigo muy tenaz y versátil.
Erdogan no es Hitler y Turquía no es Alemania, pero se puede aprender mucho del pasado sobre los peligros de la represión contragolpista.
El Parlamento Europeo reconoce la labor de Nadia Murad y Lamiya Aji Basha.
El País del Cedro no tiene la menor justificación para semejante animadversión.
El país euroasiático está viviendo tiempos sumamente difíciles.
Es un «referente ejemplar» en la lucha contra la barbarie yihadista.