La República Islámica ya ha abierto un centro cultural y una mezquita en La Habana.
Las dictaduras socialistas cubana y siria mantienen lazos desde los tiempos de la Guerra Fría.
El presidente turco está convencido de que los musulmanes llegaron a América antes que Colón.
Los ayatolás jalean la defensa castrista de los «ideales revolucionarios» durante más de medio siglo.
El fracaso de Washington con La Habana tendrá tremendas repercusiones, y no sólo en Oriente Medio.
Los líderes del país llevan promoviendo el islamismo violento como política estatal desde los años 80.
Israel siempre conservará su carácter democrático. Como dijo Herzog: está en su ADN. Pero los resultados de los procesos democráticos en Israel variarán con el tiempo.
Israel tiene demasiadas elecciones. Los palestinos tienen muy pocas.
Mahan Air y el Gobierno argentino, de nuevo en el disparadero.
Madrid debe unirse a las democracias que han boicoteado este nuevo aquelarre israelófobo.