El expresidente de EEUU sabe que el principal obstáculo para la paz es el ‘oposicionismo’ palestino.
Barack no es Bill, como deja meridianamente claro su hostilidad al Estado judío.
Son muchos los que creen que su país no tiene ningún socio para la paz en el lado palestino.
Los palestinos prefieren la «lucha armada» y el terrorismo a las negociaciones de paz con Israel.
Su capacidad de liderazgo no tiene parangón con la de ningún rival o aliado político.
Los Gobiernos y las políticas cambian. El apoyo a la única democracia de Oriente Medio debe ser una constante.
Israel tiene demasiadas elecciones. Los palestinos tienen muy pocas.
El gran problema que los izquierdistas israelíes y sus simpatizantes americanos tienen con la democracia israelí es que su bando no gana las elecciones.
El Estado judío debe dejar de tomar decisiones por el qué dirán.
La matanza terrorista del 9 de agosto de 2001 marcó indeleblemente a la sociedad israelí.