Ben Gurión fundó el país y Bibi lo transformó. Son dos líderes históricos, sin los cuales es imposible entender Israel.
Es un político hábil, poco simpático, formado en e influido por los EEUU, al que no le tiembla el pulso ante nadie.
El Estado judío es un faro que nos sirve de guía, una tierra de esperanza.
«Para mí, se cierra un círculo», ha declarado el primer ministro Netanyahu.
«Al buen pastor de nuestra común heredad», reza la dedicatoria del libro que ha regalado Netanyahu a Francisco.
La prensa en Israel es anterior no sólo al Estado, sino al propio movimiento sionista.
Junto con el liberal Yair Lapid, es la estrella emergente de la política israeli.