Una vez más, Israel se miró al espejo y vio su cara más oscura y peligrosa.
Ben Gurión fundó el país y Bibi lo transformó. Son dos líderes históricos, sin los cuales es imposible entender Israel.
Barack no es Bill, como deja meridianamente claro su hostilidad al Estado judío.
El ruido mediático que se ha generado en torno al célebre bloque de asentamientos no tiene el menor sentido.