Pero debe proceder con cautela si no quiere enfrentarse a Rusia.
En plena guerra de Ucrania, Erdogan sigue cebando el antioccidentalismo.
Apaciguando a la Turquía pro Putin, aliada a tiempo parcial en la OTAN, pone en riesgo la seguridad energética del continente.
China y Rusia van a sacar tajada.
El racista antisemita Hüseyin Nihal Atsiz, uno de los más prominentes simpatizantes turcos del nazismo, sigue teniendo multitud de fans.
El régimen de Erdogan se ha convertido en un desestabilizador regional formidable.
«Santa Sofía pertenece a la Iglesia turca, a la comunidad cristiana y a quienes la han mantenido a lo largo de los siglos» (Imam Tawhidi).
Una cosa es lo que dicen las leyes y otra, cómo se aplican.
Ya sólo quedan 60.000 miembros de esta minoría, objeto de un terrible genocidio hace 104 años.
Brunson y Byle se cuentan entre los numerosos clérigos cristianos que han sido víctimas de la aversión turca al cristianismo.