La historia es algo demasiado importante para dejárselo a los académicos.
Israel es víctima constante de estos ataques concertados. Es parte de la permanente ofensiva de sus enemigos.
El exlíder de Pink Floyd, partidario del boicot a Israel, cree que un lobby judío controla la industria musical y que éste puede ir a matarlo.
En los círculos de poder norteamericanos, la suspicacia hacia el Estado judío sigue pisando fuerte.