La batalla por la ‘normalización’ con Israel cobra intensidad.
La organización internacional está dando alas al terrorismo judeófobo y antiisraelí.
Jerusalén y Amán barajan abrir al turismo los recintos islámicos del Monte del Templo.
Países árabes pragmáticos tienen claro que incitar a cometer crímenes como el de la matanza de la sinagoga de Jerusalén no puede sino perjudicarles.
¿Lugar sagrado del islam, o gallina de los huevos de oro para sus gestores?
Los grandes perdedores han sido las desgraciadas masas que salieron a las calles con demandas completamente justificadas.
Enésimo alarde de cinismo e hipocresía de Abás y compañía.
La mezquita de Al Aqsa, foco de difusión de odio criminógeno.
Enésimo alegato israelófobo del autócrata islamista.
La mayoría de los observadores jamás imaginaron que podrían ser testigos de un momento tan promisorio.